viernes, 23 de octubre de 2015

CAPÍTULO 6: SILENCIO Y CAOS

El estadio enmudeció, no se escuchaba ni un alma tras las imágenes emitidas por la pantalla gigante del video marcador. Las palabras dichas por aquel hombre encapuchado no dejó a nadie indiferente. Los jugadores se miraban sorprendidos, no sabían qué hacer. La gente desconcertada, no entendía si se trataba de una broma de mal gusto, de algo preparado por la animación o si realmente se trataba de algún tipo de ataque terrorista. De pronto, aquel silencio se rompió. Un grito de auxilio salía de uno de los accesos a las gradas, un tipo salió disparado, como si huyese del mismo demonio, y antes de que la seguridad del estadio reaccionase y pudiese llegar hasta él, otros dos tipos salieron de las sombras y se abalanzaron sobre el mismo, cayendo los tres desde las vallas de las gradas hasta el campo. 

La gente se levantó de sus asientos asustada y comenzó a murmurar, pero nadie hacia nada. 
Aquel tipo comenzó a retorcerse de dolor en el suelo, sólo se escuchaban sus gritos de lamento, de dolor, pedía ayuda. Uno de sus dos perseguidores comenzó a moverse, arrastrándose hacia él, hasta alcanzarle, en ese momento le agarró del brazo al herido y le propinó un mordisco. El tipo peleó, intentaba quitárselo de encima pero no podía moverse apenas. Los jugadores estupefactos ante tal escena reaccionaron y el capitán de los locales fue en su ayuda y le golpeó con el bate en la cabeza al atacante. Quedó KO en el acto, sin embargo de pronto el otro caído se levanto y lanzó contra el cuello del “héroe”, cayendo ambos al suelo, hasta que el resto del equipo pudo quitárselo de encima mediante golpes de bates. Se vivió una imagen bastante sangrienta por televisión antes de que se cortase la señal.

“ Buenas tardes desde Game 47, no sabemos que está ocurriendo en éstos momentos en AT&T Park. Hemos decidido interrumpir la emisión debido al contenido violento de las imágenes que estaban siendo captadas por nuestras cámaras. Les iremos comunicando a medida que vayamos siendo informados. Gracias y disculpen las molestias.”

A continuación comenzó un documental sobre la fundación de los Giants en San francisco...

- ¿Pero qué..?- Carl cambió el canal en busca de más información, en KTVU estaban retransmitiendo desde el Chinesse Hospital en directo, en la imagen se veían soldados asentados apuntando a una mujer embarazada junto a otro tipo, que al parecer huían del hospital, como titular de la noticia “posible ataque terrorista biológico en el hospital”...
- ¿Papá que está pasando?- preguntó Jessica a su padre mientras Carl buscaba el móvil nervioso.
- No lo sé chicas, voy a intentarlo averiguar, id a vuestro cuarto por favor y en cuanto sepa algo os aviso.- estaba asustado.
- Pero papá.. ¿Y mamá?
- Jess por favor, haced lo que os digo, ¿vale? Voy a llamarla y en cuanto hable con ella te aviso, dijo agarrando a la niña intentándola calmar.

Las chicas se dieron la vuelta y subieron las escaleras hacia el cuarto de la jóven

- Sarah estoy asustada, ¿qué pasa?
- Jess no te asustes, voy a llamar a mi padre a ver si sabe algo, y no te preocupes por tu madre que seguramente estará comprándose un abrigo muy bonito y ni se ha enterado de lo que está ocurriendo.- calmó la pequeña Owens a su amiga.

La tarde comenzó a encapotarse, dando lugar a una noche con moderada lluvia. Carl se desesperaba intentando contactar con su mujer a través del móvil,viendo que había numerosos ataques, y entre ellos uno en el Westfield, el centro comercial al que les dijo que iría, pero el teléfono no daba señal...
En medio de ese caos de noticias e imágenes por televisión y la desesperación por no dar con ella, haciendo volar la imaginación hacia lo peor, aparecieron unos focos frente a la casa. Era el coche de Beth. Carl salió disparado hacia el coche bajo la lluvia.

- ¡Mi vida! ¡Estás bien!- Carl la abrazó con fuerza.
- ¿Carl qué está pasando? ¿Se sabe algo? He visto muchísima policía, he escuchado disparos, y no dejaban pasar a la gente de unos límites, los militares acordonaban la zona, pero conseguí sortearlos.- contaba Beth agotada y mientras se dirigían hacia dentro.
- Hablan de un ataque terrorista, de un ataque biológico. No se qué pasa cómo afecta, pero por lo que he escuchado vuelve agresiva a la gente. Menos mal que estás bien mi vida.. Oye, ¿eso qué es?- dijo mirando un arañazo sobre su brazo cuando ésta se quito la chaqueta empapada.
- Carl aquello era una locura, ¡dios mío, qué miedo!- dijo temblando- Estaba mirando unos vaqueros para Jess cuando saltó la alarma contra incendios y comenzó a desatarse la locura. Vi gente corriendo hacia todos lados, se atacaban entre ellos, ¡por el amor de Dios, una mujer mordió al dependiente de la tienda!.. No sabía qué hacer así que me dirigí al ascensor y estábamos esperándolo dos chicas, y sí, ya se que en caso de incendios no ha de utilizarse, pero bajar las escaleras.. ¡Era una estampida!- tomó aliento- Total, el ascensor llegó con otro hombre que llevaba un hacha del centro, y nos montamos una de las chicas y yo, a la otra la agarraron dos chicos entre mordiscos, y otro que se dirigía hacia nosotros, le embistió con el hacha en la cabeza el otro tío. Joder aún veo su cara, con los ojos desorbitados, y la boca llena de sangre, los gritos de aquella mujer de fondo.. ¡Qué horror!- dijo temblando entre sollozos y lágrimas.
- Mi vida ya estás a salvo, estoy contigo, pero el brazo cuéntame, ¿cómo te hiciste eso?- preguntó su marido preocupado arropándola con una manta sobre él.
- No lo sé Carl, el caso es que al llegar a mi planta del parking salí corriendo hacia donde tenía aparcado el coche, lo abrí, y al ir a entrar, una joven me agarró desde el suelo y m caí, forcejeé con ella, y tuve que darle una patada en la cara, ¡parecía estar poseída! Conseguí levantarme, montar en el coche, y conduje a toda velocidad por la salida de emergencia antes de que terminasen de montar la barricada. Al coche que iba tras de mí le dispararon Carl, sólo era gente que intentaba huir de ese caos como yo, ¿por qué lo hacían?- el pulso de Beth se aceleraba contando la historia, Carl la intentaba tranquilizar, pero cada vez temblaba más.
- Cariño cálmate, ya estás en casa, vamos a cuidar de ti.- a Carl no le dejaba de preocupar ese arañazo, se levantó y fue a por el botiquín y a por vendas.
- ¿Mamá?- Jess bajó por las escaleras directa a por su madre hasta abrazarla.- ¡Mamá! Estábamos preocupadísimos por ti. ¿Estás mala? Papá creo que tiene fiebre, ¿y esa herida?- parecía un huracán de sentimientos sobre su madre.
- Jess apártate, toma Beth, tómate esta pastilla, te bajará la fiebre. Déjame el brazo, te lo desinfectaré.- dijo portando una gasa y el bote de alcohol después de darla un gelocatil- Esto va a doler...
- ¿Señora Patterson está bien? Carl, no consigo contactar con mi padre.- Jessica estaba muy preocupada viendo los acontecimientos que estaban ocurriendo.
- Jess dame un minuto y estoy contigo, voy a terminar de limpiarle la herida y vendársela e intentamos llamarle, pero seguramente esté ocupado con su caso o con todo el lío que parece haber. No te preocupes por él, si hay alguien que sabe cuidar de si mismo, ese es tu padre.

La niña asintió, pero aún así volvió a repetir la llamada. Miraba la pantalla del móvil que reflejaba Aa Papá, emitía señal, pero no había respuesta..

...

Beep, beep. Vibraba el móvil de James..

- ¡Mierda Joe, explícanos qué sabes de todo esto! Has visto lo que está sucediendo, y después están los tipos de ahí fuera que van a por ti, son profesionales, te desactivaron las cámaras y accedieron dentro sin que te enterases, y todo es porque sabes o tienes algo que ellos no quieren que nos cuentes, así que, ¡habla antes de que sea demasiado tarde!- le instaba el detective mientras pensaba en el bienestar de su hija tras ver lo que estaba ocurriendo por televisión.
- ¡James os aseguro que no se nada más de lo que os he contado!- aseguraba entre sudores El puerco.
- ¿De acuerdo, hay alguna otra manera de salir de aquí que no sea por esa puerta?- preguntó Owens con rabia.
- .. Sí, Klaus, abre la compuerta hacia el patio, saldremos todos por ahí.- dijo el Jefe mirándole con mirada segura a su fiel guardaespaldas e indicando a los detectives por dónde ir.

Klaus asintió y cuando se dirigía a un armario para accionar la palanca y John se disponía a entrar por la trampilla, James disparó sobre el brazo del perro fiel, al cuál se le calló un revólver escondido entre la palanca. Este cayó contra la pared gritando de dolor, y de repente se cortó la luz. Iban a entrar a por ellos de un momento a otro.

- Joe, se acabaron las tonterías, me he cansado de hacer las cosas de la manera correcta. Camina ahora mismo, y tú, -mirando a Klaus- como vuelvas a intentar algo así, el siguiente tiro irá directo a tu nuca, ¿entendido?- les dijo James mientras accionaba la palanca que abría la trampilla y se guardaba el revolver a la espalda.

John empujó a Klaus bajo el agujero, que se dolía del disparo agarrándose con rabia y dolor. Joe les seguía, siendo apuntado por el arma del detective James, que cerró la trampilla al bajar. Iban por un conducto que llevaba directo a la parte de atrás cuando escucharon una fuerte explosión en la sala que habían dejado atrás. Era cuestión de tiempo que encontrasen la trampilla, era inminente la confrontación sino se daban prisa. James no daba crédito a lo que estaba ocurriendo y sabía que en la insistencia de aquellos hombres enviados a matar a Joe estaba la clave. Había algo que no querían que llegase a la luz, y él estaba dispuesto a cualquier cosa para averiguarlo y parar a ese lunático que se hacía llamar Capucha Negra...

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