viernes, 23 de octubre de 2015

CAPÍTULO 7: LA OSCURIDAD DE LA NOCHE

Knick-knick, Knick-Knick.. Comenzó a sonar y vibrar el móvil de Kate:

- ¡Dime James! ¿Qué está pasando? ¡Escuché una fuerte explosión y me temí lo peor!- gritaba Kate al observar la llamada del detective Owens.
- Kate calma, tienes que ayudarnos, vamos a salir por la parte de atrás, ¿puedes decirnos si está despejado?
- Sí, un momento, con todo el revuelo que había ya me preparaba para huir con el coche. No tienes ni idea de la que se está liando aquí afuera, hay ambulancias, bombe...
- ¡Kate por favor!- le interrumpió James- ahora necesito que mires eso, y de ser así que nos recojas a toda prisa.
- Vale, vale, perdón. 

Kate condujo hasta la parte posterior de los bloques que parecía estar vacía:

- James, salid no hay nadie, ya estoy aquí.- dijo la chica metiendo el coche por esa calle.
- Estate lista, salimos....

BUUUUUMMMMM! Sonó otro estallido a través del móvil.

- ¿James? ¿Estás ahí?- la señal se había cortado y la chica miraba con preocupación a través de los cristales cómo se cerraba la noche y comenzaba a arremeter la lluvia con más fuerza.

De pronto observó una especie de compuerta abrirse desde el suelo, de la que comenzó a emerger una humareda gris, de ella aparecieron la silueta de dos tipos, uno parecía estar herido, el otro.. ¡Era John! Tras de ellos salieron un tipo enorme y James, que apuntaba hacia el agujero del que procedían mientras cerraba la escotilla.
Kate aceleró con el coche hasta ellos.

- ¡Cómo me alegro de veros!- dijo Kate abriendo la puerta del conductor.- un segundo, ¿éste es Joe Williams? ¿Qué hace él aquí? ¿Cabrón qué le hicisteis a mi novio?- exclamó con fuerza.
- Kate ponte de copiloto, yo conduzco, y calma, ellos irán atrás. John, mételes, a prisa.- instaba el detective a su compañero.
- Ya le habéis oído, ¡adentro!- dijo el John forzándoles a entrar por la puerta trasera del Jeep.

Joe y Klaus se miraron con cara de desaprobación pero finalmente comenzaron a entrar por la parte trasera cuando un proyectil impactó sobre la cabeza de Klaus, como si se tratase de un clavo al entrar en un tablón de madera, ese ruido seco retumbó dentro del coche, dejando a todos sin aliento. Otro proyectil impactó sobre el pecho de Joe antes de que John se arrojase con él adentro del coche.

- ¡Acelera!- grito John tumbado sobre El Puerco en la parte de atrás.

El coche salió quemando rueda sobre el asfalto y dejando atrás la silueta de cinco sombras que se perdían en la lejanía..

James sacó su teléfono del bolsillo y tecleó el 1 en su pantalla táctil para la marcación rápida:

- ¡Nena! Siento no haberte podido llamar antes, dime, ¿estáis bien? ¿Está Carl por ahí?- preguntaba el detective a través del móvil mientras conducía dirección al California Pacific Medical Center, el hospital más cercano para que atendiesen a Joe, el cual tenía una herida de bala bajo su hombro izquierdo, no era mortal, pero necesitaba que se cortase la hemorragia.
- ¿Papá qué está pasando? La señora Patterson está herida y la está atendiendo Carl. Papá estoy preocupada.- decía la niña desde el otro lado de la línea.
- ¿Qué la ha pasado? ¿Por qué no llamáis a una ambulancia? Pásame a Carl.
- Vale espera...-Sarah pasó el móvil al señor Patterson.
- James estoy ocupado, Beth tiene mucha fiebre y los hospitales están colapsados, por no hablar de la gente que vemos en la tele que parece con la rabia tío, ¿sabes algo que pueda ayudarme? A Beth no para de subirle la fiebre, ha vomitado sangre, ¡joder no sé qué la pasa! Por favor ayudanos.- decía el marido desesperado mientras metía a su mujer en la bañera con agua fría.
- Carl, voy a llamar a comisaría ahora mismo para que te manden una UVI inmediatamente, tenemos servicios directos para los agentes. Mantén a las niñas alejadas, puede ser peligroso, y tened cuidado, por lo visto hay un virus propagándose por toda la ciudad, estoy encargándome de ello. Llámame de nuevo cuanto os recoja la unidad ¿vale? ¿Las niñas están bien?- preguntaba James con preocupación.
- Sí sí, la niñas están bien. Beth llegó con un arañazo, espero que no se trate de algo grave, sólo que ha pillado en medio de este caos y no sé qué hacer. La estoy bañando en agua fría. Y gracias tío, cuánto venga la ayuda yo te aviso con lo que sea. Y James, de nuevo gracias.

James colgó y cogió la radio del coche:

- Soy el detective Owens, con número de placa 22111. Hemos sido atacados y necesito saber si el California Pacific se encuentra operativo.
- Detective Owens, ahora mismo los hospitales están custodiados por el ejército, nadie entra ni sale de allí sin su aprobación, además de la demanda de emergencias, la línea se encuentra saturada, ¿está herido usted o su compañero?
- No no, se trata de uno de los testigos del caso en el que estamos trabajando, sufre una herida entre el pecho y el hombro izquierdo, creemos que no es grave pero necesita que cierren la hemorragia.
- Tráiganlo a la comisaría, tenemos un par de médicos encargándose de las heridas de los compañeros en la enfermería. Si no es algo grave podrán tratarle.
- De acuerdo, vamos para allá, gracias Lucy.- agradeció el detective a su compañera de centralita.

Volvió a coger el móvil y marcó en esta ocasión el teléfono del comisario:

- ¡Dime Owens! Están bien usted y el señor Meine.- refiriéndose así a su compañero John.
- Bien Bridges, estamos bien, trasladamos a la comisaría a El Puerco que está herido, y sabe algo sobre todo lo que está ocurriendo, necesitamos interrogarle.
- ¿Ha hablado ya? ¿Qué os ha dicho?
- Aún no, pero hablará, se lo aseguro, han atacado su club y matado a sus ayudantes. No tiene otra que pactar con nosotros. Pero llamaba para ver si puede hacerme el favor de mandar un coche a recoger a mi hija y a la mujer de mi vecino, que está herida por un ataque y muestra síntomas de fiebre, necesita tratamiento señor.
- Veré lo que puedo hacer Owens, está toda la ciudad patas arriba. ¿Intentaré mandar a alguien a recogerlas de acuerdo? Mándeme los datos de su dirección cuando pueda y usted venga aquí a toda prisa, y si les dice algo llámeme inmediatamente. Esta ciudad está sufriendo un ataque a gran escala, y los militares están tomando el control sobre cómo actuar.- dijo el comisario con voz muy tranquila.
- Muchas gracias señor, se lo agradezco. Ahora mismo se los envío.
- Tengan cuidado detectives.- y se cortó la línea, momento en el que James mandó la dirección dónde se encontraba su hija a través del móvil al comisario.

El coche circulaba a toda prisa por una ciudad en llamas, estaba siendo asediada, y los detectives no podían permitirse ningún error si querían poder dar con una solución que llegase a tiempo. Se movían dentro de una maquinaria que comenzaba a mover todo su engranaje...


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